Pese a ser un lugar de una gran importancia histórica para la comunidad hebrea vienesa, el cementerio judío de la calle Seegasse es un lugar poco conocido y menos visitado por los turistas y viajeros que llegan hasta la capital austríaca.


Es notable el trabajo que realizaban unos arquitectos locales para rescatar las viejas lápidas judías que se hallan enterradas y apiladas en el patio de una residencia de ancianos. Al parecer, dichas lápidas fueron escondidas por varios miembros de la comunidad judía durante la era negra de Austria (1938-1945), en que los nazis ocuparon el país y pusieron en marcha la tristemente conocida como la “solución final”.


Según cuentan las crónicas, es el cementerio judío más antiguo conservado de Viena y recibe el nombre de la calle donde se ubica, Seegasse, siendo considerado por los expertos como una joya de la historia del arte, sobre todo por la decoración de algunas de sus lápidas. Los trabajos de restauración y de recuperación de lápidas en el cementerio ya se han llevado a cabo durante muchos años y, en total, se han conservado y recuperado 349 tumbas, a las que el futuro se le unirán algunas más porque los trabajos continúan al día de hoy.


Las lápidas datan de los siglos XVI, XVII y XVIII y son de gran importancia artística.  Muchos miembros de renombre de la comunidad judía de Viena como el rabino Menachem Hendel (1611), el rabino Simeon Auerbach (1631), el comerciante Jakob Koppel Fränkel (1670), el banquero Samuel Oppenheimer (1703), el conocido comerciante sefardí Diego de Aguilar (1759) y Samson Wertheimer (1724), entre otros, han encontrado su última morada en el cementerio de Seegasse.


El cementerio del distrito 9 de Viena en Seegasse es el cementerio más antiguo conservado de Viena. Fue inaugurado en 1540 y mencionado por primera vez en un documento en 1582. Su funcionamiento se remonta a mediados del siglo XVI, tal como revelan muchas de sus lápidas, y estuvo en funcionamiento hasta 1783, manteniéndose intacto hasta 1943, en que los nazis se empeñaron en destruir cualquier vestigio de la cultura judía en Austria, incluidos los cementerios. Sin embargo, oficialmente fue cedido a la comunidad judía por un contrato de la ciudad en 1670.  Tras un pogromo contra los judíos vieneses en 1670, bajo el reinado de Leopoldo I, el comerciante judío Koppel Fränkel pagó 4.000 florines por el compromiso de la ciudad de “preservar el cementerio para siempre”.


A partir de 1696, el banquero Samuel Oppenheimer fue conocido como el propietario del cementerio y le dedicó sus esfuerzos y dinero a la preservación del mismo. Este auténtico filántropo para su época, se ocupó de su restauración e hizo levantar un muro de piedra a su alrededor. En el transcurso de las muchas reformas introducidas por el emperador José II, el cementerio tuvo que ser cerrado pero su conservación estaba garantizada para siempre. La comunidad judía salvó las lápidas de la destrucción por los nazis, aunque es una historia no muy conocida y se han encontrado pocos datos sobre el asunto y la forma en que se produjo esa intervención.

Los nazis y la destrucción de la cultura judía vienesa

Las atrocidades del régimen nazi también afectaron al cementerio de Seegasse: en 1941 los nazis decidieron “disolver” todos los cementerios judíos en Viena. De hecho, destruyeron y profanaron muchos cementerios, robaron lápidas y exhumaron los restos humanos, tal como ocurrió en el tristemente destruido cementerio judío de Salónica, cuyas lápidas se utilizaron para hacer caminos.


La mayoría de las lápidas de Seegasse fueron destruidas entre 1943 y 1944, el periodo álgido de la destrucción de la cultura judía en Europa y del Holocausto también. Como ya hemos contado antes, un grupo de miembros valientes de la comunidad judía de Viena retiró algunas de las lápidas y restos humanos y los enterró en el cementerio central, donde fueron descubiertos y devueltos a Seegasse hace unos años.


El contrato de 1670 entre la comunidad judía local y las autoridades locales, relativo a la “conservación del cementerio para siempre”, seguía siendo válido y fue renovado oficialmente en 1978 por el alcalde Leopold Gratz, cuando la ciudad de Viena se comprometió a restaurar y mantener el cementerio Seegasse.  La identificación de las lápidas conservadas se inició en 1982 y el cementerio fue reabierto oficialmente el 4 de septiembre de 1984.

Como se ha descubierto recientemente, también bajo el cementerio de Seegasse fueron escondidas varias lápidas a un metro de profundidad. Este cementerio de 2.000 m² de superficie se encuentra en el patio interior de la residencia de ancianos Rossau -desde cuyo lugar se accede al recinto pidiendo permiso en la recepción- y está inmerso en las obras de restauración ya reseñadas. Estos trabajos, realizados según los ritos de la religión mosaica, no serán finalizados antes de 2021.

Tras finalizar la Segunda Guerra Mundial se volvieron a colocar 280 de las 931 lápidas originales que, al parecer, se encontraban en el Cementerio Central de Viena. En el cementerio, administrado hoy en día por la Congregación Israelita, pueden verse en la actualidad unas 350 tumbas conservadas e incluso observar el trabajo de los arqueólogos que siguen trabajando para rescatar más lápidas.

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