
Cada 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Voluntarios. En un año marcado por la pandemia, los voluntarios han estado en primera línea de la respuesta ante las necesidades que se registraron en el campo sanitario, social y comunitario.
AMIA no fue la excepción y, a través de sus diferentes programas y proyectos, logró canalizar el interés de muchas personas que sintieron, ante la emergencia, hacer algo por los demás.
“Si existe la voluntad, la acción es cuestión de decisión”, asegura Eliana Epelbaum, coordinadora del área de Voluntariado de la institución, quien sostiene que todos poseemos habilidades y destrezas únicas que hacen la diferencia a la hora de ayudar a los demás. “No importa la edad, ni el recorrido laboral o profesional ni el tiempo que dispongamos. Todo suma a la hora de poner en práctica la solidaridad”, remarcó.
El alcance e impacto del trabajo de los colaboradores voluntarios de AMIA quedan reflejados en las cifras que difundió el área de Voluntariado:
– Más de 1.000 llamados telefónicos realizados en el marco del programa Lebaker, una iniciativa que se ocupa de brindar apoyo, motivación, contención y compañía desde que se decretó el confinamiento.
– 160 horas dedicadas a facilitar que las personas mayores puedan ingresar al mundo digital, en el marco de un proyecto que ayudó a destruir prejuicios y barreras y demostró que nada es imposible.
– 80 cuentos infantiles grabados en videos para compartir y estimular la imaginación de los niños y niñas.
– 120 regalos con mazos de cartas y cartas escritas a mano que hicieron jugar, acortar las distancias y acompañar en momentos de soledad a mucha gente que reside en instituciones.
– 10 espacios de aprendizaje compartido para ayudar a consolidar el espíritu de equipo, el trabajo en red y el pensamiento positivo.
– Más de 1.250 prendas confeccionadas por las “Tejedoras solidarias” que fueron realizadas con la idea de abrigar el corazón y generar grandes sonrisas.
– 12 experiencias artísticas hechas con sensibilidad y compromiso para compartir con los demás.
Frases como “Yo puedo”; “Estoy disponible”, “Quiero ayudar”; “Me sumo” fueron las respuestas que a diario se recibieron en AMIA ante cada proyecto impulsado por el área de Voluntariado. “Gracias a todas las personas que especialmente este año brindaron su tiempo y ofrecieron su corazón”, concluyó Eliana Epelbaum.