Por Bernardo Kliksberg (*)

¿Cuánto realmente están progresando los países? Con frecuencia se mide el progreso por el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y muchas de esas estadísticas se consideran que avanzan, si ese indicador aumenta, y los rankean de acuerdo al mismo.

Hoy ese criterio está muy cuestionado debido a que hay muchas otras cosas que habría que medir para ver cómo les va realmente a los ciudadanos. Puede crecer el PIB, pero si hay una gran desigualdad, a la mayoría irle mal. Como concluyeron los Premios Nobel de Economía Amartya Sen y Joseph Stiglitz en un estudio sobre el tema, que les encomendó el entonces Presidente de Francia Sarkozy, hay otras prioridades esenciales para el ser humano, como acceso a la libertad, a la salud, a la educación, medio ambiente preservado, cohesión social, confianza, y otros.

Buscando una medición más integral, la ONU construyó el Índice Global de Felicidad, el cual comprende a 156 países. Se considera como parámetros para medir felicidad a los años de esperanza de vida saludable, libertad para tomar decisiones vitales, generosidad, eliminación de la corrupción, buenos servicios públicos, PIB per cápita, gobiernos representativos, confianza, capacidad para evitar conflictos, igualdad, y salud ambiental.

Los resultados de 2019 muestran que el país donde la gente era más feliz era Finlandia, con 7,7 puntos sobre un máximo posible de 10. Le siguen Dinamarca, Noruega, Islandia, Holanda, Suiza, Suecia, Nueva Zelandia y Canadá. El primer latinoamericano es Costa Rica, que está en el puesto 12, e Israel está en el lugar 13.

Los países nórdicos dominan la tabla. Tienen las cuatro primeras posiciones y Suecia es séptimo. Son los más completos en los criterios fijados. Allí la gente vive más años, tiene más libertad real, y demás condiciones. Hay otros países más poderosos económicamente como USA, o Inglaterra, pero que están lejos de sus elevados grados de igualdad.

Es imprescindible tomarlos como referencia cuando se desea mejorar la sociedad. No son perfectos, pero son los más evolucionados del planeta. Entre otros rasgos adicionales, predomina en ellos la austeridad en el uso de los recursos públicos y sociales, los primeros ministros como se ha mostrado en documentales viven en un pequeño apartamento, y deben cocinarse solos. Los líderes políticos deben ser totalmente transparentes, y no se admiten ningún tipo de faltas en el uso de los dineros públicos. Son las sociedades donde hay más igualdad de la mujer, ya que las máximas líderes actuales de la mayoría de ellos son mujeres. Tienen un altísimo índice de voluntariado, expresión de generosidad. Comparten el liderazgo mundial en voluntariado con Israel. Dan mucho valor a bienes que están fuera del mercado. Así Noruega, es el país donde hay más aficionados al ajedrez.

Todas estas características los han fortalecido para la lucha contra la pandemia. Están entre los que han sido más exitosos al respecto.

El informe también da cuenta de las ciudades más felices del planeta. El primer lugar es para Helsinki (Finlandia), seguido por Aarhaus (Dinamarca). En el quinto puesto se encuentra Copenhague (Dinamarca), luego Bergen (Noruega), Oslo (capital de Noruega), Tel Aviv (Israel), Estocolmo (Suecia), y en décimo lugar San José (Costa Rica), el único país que no tiene ejército en el mundo.

Los países líderes en felicidad muestran que una sociedad mejor es posible. El Informe de la ONU resalta que no basta el poderío económico. Puede haberlo y, sin embargo, primar la infelicidad y una vida poco satisfactoria. Para finalizar, es necesario destacar que “el dinero ayuda, pero no compra la felicidad”.

(*) Bernardo Kliksberg es asesor especial de diversos organismos internacionales.