
En el marco de las investigaciones para frenar el avance de COVID-19, diferentes estudios demostraron que es más probable contraer el virus en espacios cerrados como oficinas, escuelas, transporte público, museos y centros de salud, que al aire libre.
Bajo esa premisa, un equipo internacional de científicos, incluido el profesor Ido Kaminer, del Instituto Tecnológico Technion-Israel, estudió varios métodos para prevenir este tipo de contagio.
Sus descubrimientos, publicados recientemente en ACS Nano, indican que el uso de la luz ultravioleta (UV-C) como una forma “particularmente eficiente, sencilla de implementar y económicamente asequible” para desactivar el virus.
Los especialistas en virología, inmunología, aerosoles, arquitectura y física que investigaron las fuentes de UV-C disponibles como lámparas fluorescentes, plasmas de microcavidad y LED, concluyeron que al aplicar este tipo de luz en el interior de los sistemas de ventilación de los edificios y en espacios cerrados compartidos mientras no estén en uso, será posible eliminar de forma rápida y eficiente los virus SARS-CoV-2 depositados en el aire y en las superficies.
El equipo también analizó el costo de implementar esta tecnología y argumentó que una inversión de capital global de algunos miles de millones de dólares en fuentes de UV-C podría proteger a más de mil millones de trabajadores en todo el mundo.
“El brote de COVID-19, causado por el coronavirus SARS-CoV-2, plantea un desafío extraordinario que requiere una acción mundial rápida para el despliegue masivo de medidas accesibles y listas para aplicar para reducir de forma drástica sus probabilidades de transmisión en espacios interiores”, aseguraron los científicos en el estudio.
“Hacer esto permitirá el regreso eventual a actividades convencionales como trabajar en la oficina, ir a la escuela o incluso asistir a eventos de entretenimiento”, añadieron.
Fuente: ISRAEL21c
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