
La energía solar se expandió en el mundo por ser limpia, económica y sustentable. Durante años se fueron renovando los sistemas de almacenamiento (se diseñaron decenas de baterías de diferentes materiales y tipos) e incluso los nuevos modelos de paneles solares resolvieron el problema de la sobrecarga ( en algunos lugares aún se tapan los paneles para impedir que sigan absorbiendo energía).
La limitación que, hasta el momento, nadie había podido resolver, era cómo acumular energía solar de noche (hay ciudades en las que pueden transcurrir seis meses sin la aparición del sol).
Una startup israelí encontró la solución. En conjunto con el Technion, utilizando óxido de hierro, los científicos descubrieron otra manera de dividir las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno.
Con este descubrimiento, la acumulación de energía solar se vuelve mucho más económica dado que se almacena en forma de combustibles basados en hidrógeno: “nuestro enfoque es el primero de su tipo”, aseguró el Profesor Avner Rothschild, del Departamento de Ciencia de Materiales e Ingeniería. “Hemos encontrado una manera de atrapar la luz en películas ultra finas de óxido de hierro que son 5.000 veces más delgadas que una hoja de papel de oficina normal. Esta es la clave que permite lograr una alta eficiencia y un bajo costo”, agregó.
El descubrimiento provocó un gran impacto ya que, de adoptarse este método, se dejaría de lado el uso indiscriminado de combustibles fósiles y se podría capturar el 90% de la energía solar en cualquier situación climática u horaria. Esto, haría posible el diseño de células solares baratas que combinarían foto-electrodos ultra finos de óxido de hierro con células foto-voltaicas convencionales basadas en silicio u otros materiales para producir electricidad e hidrógeno.
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