
Desde la avenida Corrientes hasta la avenida Córdoba, la calle Pasteur se transformó en un espacio permanente de recordación a las 85 víctimas fatales que, el 18 de julio de 1994, dejó el peor atentado terrorista perpetrado en nuestro país.
Bajo esos límites, se extiende “El Corredor de la Memoria”, que comienza en la estación de subte “Pasteur-AMIA” de la Línea “B”, reinaugurada el 18 de junio de 2015. Con intervenciones, murales, dibujos, fotografías y reproducciones de 25 artistas que renovaron por completo el lugar, la estación pone de manifiesto, a través del arte y en un lugar de tránsito cotidiano, el reclamo de justicia y la necesidad de combatir el olvido.
Saliendo de la estación en sentido a la avenida Córdoba, las veredas de ambos lados de la calle Pasteur recuerdan a cada una de las 85 víctimas fatales del atentado terrorista. Desde 1999, sus nombres y apellidos están inscriptos en una placa que por las noches se ilumina con tecnología LED. Al lado de cada placa, un árbol homenajea a cada persona asesinada en el atentado.

Al llegar a Pasteur 633, el edificio de la AMIA es también una invitación a la memoria. Sobre las planchas negras que cuelgan de su fachada, figuran escritas en color blanco, cada uno de los nombres de las 85 víctimas fatales.
Reinaugurado el 26 de mayo de 1999, el actual edificio fue construido sobre el pozo y las ruinas del viejo edificio que fue atacado y derrumbado el 18 de julio de 1994, y cuya construcción databa de 1945. Renacer en el mismo lugar fue una decisión que se adoptó como una manera de simbolizar el triunfo de la vida sobre la muerte.
“El Muro de la Memoria”, la gigantesca obra creada por el artista Martín Ron, a pedido de la institución, también forma parte del “Corredor de la Memoria”, y puede verse claramente desde el exterior.

La obra fue realizada a partir de dos columnas que se conservan del viejo edificio de AMIA, destruido en el atentado. Con esta obra, se buscó volver a hacer visibles esas marcas de su antigua sede, que permanecieron tras la destrucción, y poder resignificarlas y ponerlas en valor a partir del arte urbano (“street art”) o callejero.
“El Muro de la Memoria” fue descubierto el 28 de junio del año pasado, y formó parte de una serie de iniciativas que se organizaron en 2018 para honrar a las víctimas del ataque terrorista y renovar el pedido de justicia.
Al llegar a la avenida Córdoba, tres enormes murales, inaugurados el 17 de julio pasado, exteriorizan ahora, a través del arte, la hermandad existente entre el Hospital de Clínicas y la AMIA, y el agradecimiento de la institución y de toda la sociedad por la excepcional manera en la que los profesionales respondieron ante la catástrofe
A cargo de “El Marian”, Martín Ron y Mariela Ajras, las tres obras, que completaron el “Corredor de la Memoria”, son una poderosa herramienta visual y artística para reforzar una premisa fundamental para AMIA: “No existe construcción del presente sin el entrenamiento permanente de la memoria”.
